Anda levántate y anda
de dice un Lázaro
al Jesús de las multitudes
acomodado en altares
donde no lo alcanzan
los llantos y el clamor de barrios bajos
¿Cuántos cristos para esta cruz?
¿Cuántas cruces para un cristo?
Me invitan a que te acepte
preso en caros tomos empastados
ignorando que vives conmigo
que viajas conmigo
que sufres conmigo
cuando rehúso el abrigo
de esa cálida sonrisa
que desde el otro lado del parabrisa
me mostró que le falta un diente
Allá vas Magdalena
saliendo de los juzgados
donde otra vez te han calumniado
y al lado de Judas han quedado
proscritos y rezagados
en esa tácita pena
Espero seas esta noche mi cena
beberé desde tu grial
y te volveré a negar
hasta que el gallo te cante
y por treinta monedas
te compraré de tus captores
y descenderé a tus infiernos
y extraeré vino desde tus ánforas
¡Calla blasfemo!
las inquisiciones vienen por ti
desmembrarán tu cuerpo
por irreverente
y los cuatro puntos cardenales
conocerán del castigo ejemplificante
a tu soberbio sacrilegio.
Pásame otro pedazo de pan
oí la inocencia ordenar
desde el pie de una cruz
izada en un moderno calvario
por donde paso día con día
de sur a norte y viceversa
a la caza de la inconversa
que tiene cita en mi colchón
Busqué a Dios y la poesía
en encuadernadas rimas
cuando juntos se reían
allá debajo de un puente
compartiendo un mendrugo
que pudieron conseguirse;
luego les vi volando
con alas de arcoíris
y también acurrucados
en el cóncavo de un árbol
desde donde mi susurraban
¡Salta! la marea está propicia
abre el cascaron de pretextos
y abre las alas
ahora ya no los busco
porque soy