“Recuerdame”, he solicitado al silencio.
“No hay prisa”, me ha respondido el viento.
“Aunque finja”, ha confirmado la luz
“Somos”, ha iniciado la sombra
“Eternos”, ha accedido la noche
“Prisioneros”, rectificó la luna
“De un beso”, susurró la estrella
“Bajo un almendro”, sentenció su voz…
“Tu sonrisa”, dije, ya no al silencio
“Tuya”, fue la respuesta que prendió al fuego
“No más...”, se escuchó mientras cernía la oscuridad
“No más”, concedió el mar
“Pero en las memorias”, era un nuevo amanecer
“Viviremos por siempre”, el sol resplandece
“Tomados de la mano”, alcé la voz
“Bajo un almendro”, aceptó ella
“Yo...”, entonó con libertad
“Te amo”, aseguré cautivado
“Aunque...”, tímido masculló el cielo
“Siempre”, cortó con filo el invierno
“Podremos sonreír?”, preguntó ella a todos
“Siempre”, aseveró el tiempo
“Tú y yo”, dije con temor
“Bajo un almendro”, sonrió ella.