Sr. Martinez

El tablero de la vida

Sobre el tablero extenso de la vida,  

con cuadros blancos y negros al azar,  

caminamos movidos por partida,  

aprendiendo del juego al respirar.

 

Las peones son pasos que damos,  

humildes pero firmes en su misión,  

un paso a la vez es como avanzamos,  

bordando el tapiz de la intuición.

 

Caballos saltan rutas olvidadas,  

torciendo el camino hacia el cambio;  

nos enseñan que las jugadas  

no siempre son líneas de arrullo.

 

Las torres, fuertes en sus flancos,  

nos recuerdan ser inflexibles,  

enfrentar temores desde bancos,  

y forjar nuestras almas invencibles.

 

El alfil, en su diagonal discreta,  

atraviesa la vida en sus matices,  

mostrando que un patrón recta  

oculta aprendizajes y matices.

 

La reina, ágil y poderosa ente,  

como sueños de libertad inmensa,  

permite explorar lo efervescente  

con un balance entre riesgo y esperanza.

 

El rey, nuestro corazón y esencia,  

avanza lento pero con claridad,  

protegido por la conciencia,  

que madura en pausa y serenidad.

 

En cada jugada somos testigos,  

de movimientos a veces inciertos,  

los remates son fugaces amigos  

que velan por los días desiertos.

 

El final del juego nunca se apura;  

paciencia, lo que importa, se cultiva.  

Y aunque la partida se clausura,  

lo vivido es lo que nos motiva.

 

Así, sobre el tablero de la existencia,  

aprendemos que no hay fin ni salida,  

solo avances, errores y persistencia,  

sobre el noble ajedrez de nuestras vidas.