En mi soledad,
cuando siento que el mundo
se para de repente
y no puedo gritar.
Sólo puedo contemplar
el día que envejece,
y me cae la noche encima
como un rayo de repente,
Estoy agotada,
exhausta en mi intimidad
y no puedo gritar.
¿Qué son esos sonidos
que se acercan?
pero pasan,
no vienen hacia mí.
Tan sólo el silencio febril,
y no puedo gritar.
Culpar al otoño podria servir,
culpar a la Luna por ser frío marfíl.
Sentirme despierta en la obscuridad,
y no puedo gritar.