Paco Pena

¿CUÁNTO TIEMPO ME QUEDA?

No me desalienta el hambre ni la sed,
no me hará claudicar ningún tormento,
no me asusta el dolor y la tristeza,
pero necesito saber con cuanto tiempo cuento.

No quiero llegar a la ribera del Aqueronte
con la vida mal zurcida,
con dolorosas cicatrices en mi alma
y la boca torpemente conducida.

Eterno sería mi sufrimiento,
si llegado ese momento,
fuera autor de tempestades
a las que no supe templar sus vientos.

Cuándo solo sea un  recuerdo,
imagen de una existencia consumida,
espero que la evocación de mi memoria
no genere palabras ofendidas.

Necesito tiempo para pedir perdón,
tiempo para el recogimiento,
tiempo para demostrarle, a los que quiero,
todo el amor que por ellos siento.

No pudiendo saber cuando acabará mi camino,
ni si podré contar con plazo para la despedida,
saldaré cuentas pasadas
y viviré evitando causar nuevas heridas.

Y por si acaso,
siempre en mi bolsillo,
las tres monedas con que abonar a Caronte,
mi paso al otro lado del río.