Diablos y ángeles se reunieron en la tierra,
para discutir sobre la justicia,
concluyeron sin poder definirla,
no sabían si desde la maldad se podía hacer justicia,
o si desde el bien se podría perjudicar.
El cielo lloró lágrimas de lluvia por la humanidad,
y ángeles y demonios discutieron el amor y la maldad.
Su destino común era innegable,
y se quedaron en silencio, miles de años hicieron una tregua ,
por eso a cada humano lo acompaña un ángel y un diablo.
En cada corazón, una lucha eterna,
entre la luz y la sombra,
entre el amor y el odio,
buscando un equilibrio que nunca llega.
El cielo sigue llorando,
y la humanidad sigue buscando,
la justicia que no se define,
el amor que no se entiende,
mientras ángeles y demonios observan,
en un silencio que resuena en la eternidad.