Y entre semillas de paciencia que habían
sido sembradas en temporadas pasadas,
salían y se asomaban los primeros brotes
de aquella tierra fértil…
Sin duda alguna, la paciencia
es virtud de los sabios y conquistadores…
Pero de igual manera de los diablos,
expertos en el fermento de acontecimientos
para la cosecha de su hambre.
La partida está echada y la guadaña
segará el trigo y el mijo a su debido tiempo.
Recogerá el fruto de su espera…
¡Bendita hambre cuando es más grande!
¡Bendito el capullo y el aleteo
de una nueva mariposa!
¡Bendito el ajedrez de la vida!
Las piezas bailan al compás sonoro,
entre un trino del diablo, entre unas
negras manos y entre
un hermoso violín.