Emilio Barrios

Falsas amistades

No tengo amigos, o más bien creí que los tenía; con el tiempo me di cuenta que solo fueron conocidos, y el resto lo fingían.

 

Cuando más los precisaba, simplemente me ignoraban, me dejaban solo, me daban la espalda; estuvieron de mi lado solo por negocios.

 

Me percate que la amistad en estos tiempos son puros compromisos; al vernos cada día, las manos me estrechaban; quien lo hubiera imaginado, eran simplemente por cumplidos.

 

Dicen que uno conoce los verdaderos amigos, en las buenas y en las malas; pues los míos, en las buenas por interés, y en las malas se ocultaban.

 

Recuerdo aquellos días, cuando mirándome a los ojos fijamente me decían \"aquí estaré por si me necesitabas\".

 

Cuando se presentó el momento, las excusas eran varias; no los culpo por cómo son; quien confío en ellos fui yo.

 

El dinero no compra todo, pero compra y vende amistades, tarde comprendí, cuando pasé dificultades.

 

Lo tuve todo y por circunstancias de la vida los perdí. No hace falta describir las palabras que salían de sus bocas cuando apoyo les pedí.

 

Algunos fingían no conocerme, otros como si fuera un extraño mi apellido preguntaban; hubo quienes hasta el nombre de mi madre a modo de insulto pronunciaban.

 

Vaya cómo son las particularidades de la vida; quién lo hubiera imaginado; cuando tienes dinero en tus bolsillos eres el sujeto más mimado.

 

Hasta que todo se te acaba y empiezan a cerrarte las puertas y ventanas, no llorar sobre leche derramada, creo que sería mi propio consejo.

 

Cuidar a quien llamar amigo sería lo lógico y aprender de los errores tomarlo como ejemplo.