José Luis Galarza

NO TE ALCANZA

 

No te alcanzan

cinco minutos para endulzar la vida.

No te alcanzan

ni el té ni el pan ni la fantasía

para ver molinos de viento fabricando pan.

Te prohíben ver los platos,

la cultura culinaria es propiedad

de los testaferros de la cultura.

No te alcanza

para recrearte en los espacios libres,

no tienes la vida limpia ni la remera

ni dejan de verte como una mancha.

Estás en una sociedad que para matar

sin recargo ni reparo de conciencia

languidece la vista y la necedad engorda.

No te alcanza.

No podés jugar civilizadamente

porque no vivís con paz 

ni con la ignorancia necesaria.

La tuya es otra ignorancia,

la que muestra los puños de tu padre

empuñando la justicia,

pulverizando la injusticia con los puños cerrados.

No te alcanza la vivienda recluida.

Podés vivir en regiones delimitadas

para no contaminar el olvido.

El olvido níveo y sereno en los videojuegos,

en la virtualidad de un shopping,

en las ofertas y las drogas.

No te alcanza

para saberte un pirata

que entra a las escuelas a sabotear.

Ingresa un ocupa.

No puedes verte en los espejos, en las filas.

No te alcanza el conocimiento

si no tomás por asalto las bibliotecas.

No te alcanzan los libros 

aunque los esperes

con la misma emoción contenida

con que esperas un nuevo hermanito.

Los conocimientos tendrán una forma extranjera

con algunas palabras que te persiguen

por las calles como moscas

y no sabes lo que significan. Te visitan

y no sabes por qué zumban,

por qué sientes extrañeza 

y te pone la piel de gallina

 y qué guardan los zumbidos.

No te alcanzan.

No te alcanza la razón

cuando va perdiendo fieles.

No te alcanza la mirada para abarcar.

Para abrazar el infinito

No te alcanza la música para estremecerte

para conmoverte con el roce de la brisa.

No te alcanza la aventura para imitar a los héroes.

No te alcanza la vida para venerarla lo suficiente.

Tus héroes salieron de la misma esquina.

Tienes la oportunidad todos los días de bajar los brazos,

bajarlos definitivamente, sin vuelta atrás,

para que te alcance la saciedad partida del dinero.

A veces te alejas de ese imán

pero es la crueldad que te mancha y enrola

el empleo iba a llegar

conocés perfectamente la dirección

y las consecuencias.

Más allá de los ocho años 

la vida pasó demasiado

y tienes que tomar decisiones precipitadas.

No te alcanza para el huracán que remueve el suelo.

No te alcanza la vida para comprar otra vida.

No te alcanza para el huracán 

que remueva las heridas y el suelo.

No te alcanza el cuero para sembrar 

ni la tierra para morir.

Todos reconocen esa encrucijada.

Esa prueba de fuego. El gatillo de tu mirada.

 

Galarza J. L. (Argentina: 2019)

Pintura \"Niño pobre\" de Virgilio Pellegrini.