Cada edad tiene su amor
y cada amor tiene su cama.
Al inicio son boca y senos,
después son juegos y lagrimas.
Con los años, llega el sexo,
más tarde sonrisas y miradas.
A los cuarenta se ama con palabras
y a los cincuenta, con la esperanza.
Cuando viejo, son las sueños,
tardes de primaveras lejanas
y al morir se ama solo la vida,
la temida desnudez del alma.