Hace más lunas de las que puedo contar,
un gran plan se comenzó a diseñar,
de jóvenes que veían con otros ojos el futuro,
pondrían fin al colonial verdugo.
De carácter secreto y urgente,
querían poner en alto un nombre, una intención,
elevar en alto a nuestra nación.
Tanto que se rumoreaba,
con tantos en contra,
¿Qué querían estos jóvenes?,
Mandar a los coloniales españoles a la banca rota.
Gritos ahogados de mártires asesinados,
Dolores de Bedolla, chismeaba apasionada,
una firma de civiles, burocráticos y blancos,
una decisión,
la determinada gran revolución.
Una firma cambió un título,
la generación el ideal de esclavos,
los corruptos siguieron con sus pactos.
A lo largo de los siglos,
tuvimos 10 años primaverales,
de verdad se vio el color,
a nuestra gente con sabor.
El pacto siguió,
levantar en alto vuelo a nuestro país,
hay falsos hijos que lo pintan de gris,
mas hay que hacer a estos corruptos desistir.
Quiero yo saber,
¿Qué sueñan nuestros jóvenes?,
¿Dónde están nuestros intelectuales?,
¿Qué pasó con el verde del guacamolón?,
¿Dónde quedó el sueño?,
El sueño de un país mejor.
Hemos hecho de la cultura las cosas equivocas,
erramos en la elección,
con todo y eso,
nadie propone algo mejor,
la soberbia y egoísmo,
la ignorancia y el abismo,
forman parte de nuestra colectividad,
las protestas no nos van a salvar.
Seamos todos héroes nacionales,
salgamos de esta escoria sociopolítica,
económica y cultural,
promovamos lo bueno,
aquello que nos destaque como buenos,
buenos guatemaltecos.
Sin más,
que a la memoria de Tecún Umán y
Adolfo Hall queden,
mis buenos hermanos recuerden,
203 años de luchas lo valen,
pero vale más,
nuestros días,
los días de aquellos que aún no vienen,
la posteridad misma,
el amor que nos tenemos como Guatemala.
Felices conmemoraciones independentistas.
Sol.