Amo esta sombra que esconde la ternura y el amor
cuando los rayos del sol mueren sobre el horizonte
la mansa quietud que anima el concierto de los grillos
Y se duerme el romerillo bajo la pálida luna.
Luciérnagas fantasmales sobre el blanco terraplén
las cañas que en su vaivén se emborrachan con la brisa
Y arrancan una sonrisa de admiración y placer.
Amo la ruidosa prisa de las aguas en el río;
el agreste lomerío exuberante, coloso
las frescas aguas del pozo donde duerme el cilantrillo
Y el aroma del café que se escapa del bohío.
El abundante rocío que dejo la madrugada
finas lágrimas perladas que deslizan por mi bata;
de los campos roturados esa profunda fragancia
esa tierra majestuosa que aguarda por la jornada.
Campiña maravillosa dulce sueño del guajiro
que en las tardes de domingo con tiple, maraca y güiro
va amenizando el guateque, entre melodía y canción,
magia en la improvisación de fecundos repentistas
que entregan sus bellos versos a su audiencia favorita.