Soy un náufrago sin mar
remando en el lodazal,
un pastor sin sus ovejas
rehén de la libertad.
Llevo rota la garganta
de gritar tantos silencios
y abrir ríos de palabras
en medio del vendaval.
En el recinto del alma
sueños-semillas se agitan
mixturando soledades,
bravuras e injusticias.
En conciertos insensatos
y canciones no cantadas
libera sus rebeldías
mi muda interioridad.
Crearme dura apariencia
resistiendo la embestida
jamás me podrá librar
de que se filtre la vida
de que me alcance el dolor,
la mezquindad, la esperanza
si el único continente
es mi piel permeable y fina
que separa levemente
mi Ser de la Humanidad
y me obliga extrañamente
a compartir la crueldad,
responder a la belleza
librar una y mil batallas
para que gane esta guerra
el AMOR y la PIEDAD....