No vengo a polemizar sobre tu confabulado con la luna,
Mucho menos a inquirir, sobre mis faltas de indecoro hacia tu imaginario.
No sé, quizá, mi ser augura...
Y no es a falta de panteras.
O por adimencionados mis rosales.
Porque tu imagen,
es mar de leva que en el pecho me socava.
Y tu mención silva furiosa en la nocturna primavera.
Y tu espejismo inmarcesible,
Violáceo, cual vestigio de un fénix que se alzó al llegar el alba.