mira como pasa el tiempo y todavía tu voz me alcanza.
el viento que viene del sur te trae diminuta, aún invicta.
tú eres como la música que viene encendiendo recuerdos
alegres, hermosos y perfumados como los viajes.
todo vuelve. vuelve a las horas que me llenabas con tu ruido.
toda piedra, toda hoja aquí te recuerda en cierta forma de alegría.
esas horas que vuelven llenan mi soledad de tu aroma de flor,
flor que mis ojos, poco a poco se han acostumbrado a contemplar.
cierro los ojos para que entres tú, como entra la noche.
para que flotes en el aire como luna, en forma de tristeza
sobre los ramajes de estas simples palabras de amor.
sangre marítima, arrastras todo lo mío hasta tu orilla.
anhelos por ti, flor sencilla, titilan en tus fotografías
que toco ahora, bajo la lámpara breve de otros tiempos,
en que tu olor a duraznos y todas tus formas de mujer
se doblaban tímidamente en mis brazos.
bosteza la nostalgia sobre la línea marrón de mis ojos.
tú das a mi corazón la forma de los días y las noches
en que no estás. tú eres como la geografía del tiempo
donde reposa mi brújula y donde guardo mis mapas.
te alejas sobre las mismas huellas en que venías hacia mí.
te vas vestida de llovizna fría llevándote el mar y a toda,
toda mi textura de alga. otra vez, otra vez me dejas solo
con mis versos, retratando siempre esta misma distancia...