Humberto Gómez Sequeira

Árbol solitario

Mis labios están secándose de besar

el reflejo pasajero de tu óvulo

en la superficie del viento.

 

El frío cubre

mi piel de animal de sangre tibia

como una tela de araña en la noche.

 

Y cuando amanece

me salen agujas de hielo

de las puntas de mis huesos.

 

Los que ayer

bebieron de mi vino

y se refugiaron en mis manos

hoy dicen

que soy un loco incurable

porque me han visto desnudo,

corriendo tras una luna

llena de fetos amarillos

o

llorando, sin saberlo,

como un árbol solitario,

lágrimas que, al caer,

se quiebran

como hojas congeladas.

 

HuGóS | 9-15-2024 | 8:32 p.m.