Que no me den estrellas, ni comenten,
pues gloria sentiré que he conseguido;
o piense estar al borde del olvido
el día que de pronto se me ausenten.
Incluso ignoraré frases que alienten.
Prefiero no saber quien me ha leído
y no sentirme así comprometido
al ser más las palabras que me mienten.
Con trozos de mi vida en mis poemas
escojo imaginar que el sentimiento
consigue, más allá de los esquemas,
tocar el corazón y el pensamiento.
Y pienso, sin usar estratagemas,
mis versos son mi fuerza y mi argumento.