Pecado que se bebe siempre a solas,
es ser filibustero de uno mismo;
cegarse con descaro en su sofismo…
Pecado donde brilla solo él.
Y la estrella que alumbra su mañana
es más que negra noche por su sueño,
y al ser cronista altivo, y no su dueño,
le causa más sabor su dulce hiel.
Qué pena ser mentira ante sus ojos.
Qué pena es ser humano de los grises;
del negro oscurecer y senectud.
Tal vez seré de todo en mis despojos.
Tal vez intento en lauros, y en matices,
enmendar mis pecados con virtud.
Mas pobre y en salud,
aquel, que eleva en copa su moral
marcada con la insignia de su mal.