No dejo de pensar en usted,
su inolvidable voz susurra en mi recuerdo
diciéndome versos de fuego.
Cierro los ojos y lo veo,
su cuerpo definido
crea en mi un voraz deseo.
Sus manos recorren mi cuerpo
y estando en mi cama anhelo eso.
Me humedezco cuando por mi mente
pasan todos nuestros encuentros.
¡Qué rico es verlo!