Tu Palabra, fuego que arde en mi pecho,
con promesas de amor, mi vida perfuma.
En cada página, un tesoro se despliega,
y en su luz, mi camino se ilumina.
Tu ley, estrella que brilla en la noche oscura,
me guía y me refugia en tu amor segura.
En cada verso, un eco de tu voz divina,
late en mi alma, y me hace sentir tu presencia.