Se vive, se viene, se va pasando
la hermosa vida deseada,
bailando hacia el horizonte,
con esperas, las llegadas,
divagan sobre tu piel,
en ese amor que arrebata lo posible,
lo imposible, lo sensible y lo adorable.
La armonía en tu piel, un lienzo oscuro,
donde la claridad se pinta en destellos,
cercana, llena de asombros
que aspiran a la locura,
como el rocío a la aurora,
sin apuros…;
Y en una pequeña grieta de luz,
donde el silencio murmura,
adivinando paredes
se logra atrapar la noche;
que atrapa.
En las sombras de la vida,
que al pasar nos entrelazan,
en las luces de las sombras,
y los mares que arrebatan
las palabras.
Se desvanecen las brisas,
las que encantan suavemente,
dulcemente en la sima de luz,
ahí;
encuentro tu mirada
en un mundo de locura,
la desnudez no se tapa.
En la grieta de luz,
donde los sueños se encuentran,
donde los labios se muerden,
la locura que se agita,
la ternura se agiganta,
en la sima de luz, los besos arden.
Y en el clímax de la noche,
se precisa,
sobre un cielo que no niega,
la pasión que nos envuelve,
donde el tiempo se detiene,
y el amor se vuelve inmenso.
En la sima de luz, en el medio
de los sueños
encontramos en un beso,
la ternura.