Deja descansar la mano ¿poeta?
la pluma ha agotado su tinta;
la cuartilla vuela al norte
escapando de la tortura final
de encender habanos
Niño deja de llorar
tu madre volverá a la esquina…
para tu hambre saciar
Vecina
sírvame otra copa de ese coñac
tan añejado
que asegura haber reservado
para su seguridad previsional
Patria, entiende
que tú no alcanzaste para vestirte de norte y sur
tú no pariste a nadie,
apenas eres una lágrima renegada
en las noches heladas,
un recuerdo apócrifo
en una mesa de cantina
o desde la ventana cristalina
donde una alba cabellera
iza oraciones cual cometas,
besos salta muros
mientras lustra un burdo crucifijo de madera
dicen en las redes sociales
que la tierra sufre calentamiento global
a la luna le duele la cabeza
y ahora tiene una sombra menstrual
Deja de decir estupideces,
entiende no eres poeta,
solo eres un loco
hablándole a un cristal…
no, ese no es un teléfono…
espera guarda silencio
que eso señores de blanco
te oirán hablar
mientras nadie te presta atención
Si, sigue soñando
con mañanas promisorios
y deja de presentar resistencia
recuerda que la historia
es el acomodo de versiones y perspectivas
que menospreciando pasados
aspiran a mañanas de confirmación
No te preocupes de lo que opinen por hoy
pero ruega porque mañana
alguien necesite de tus ideas
para configurar una realidad
Aprende de Sócrates
que en su momento fue un proscrito
y ahora es lumbrera que guía a la humanidad
en la misma banca encontrarás a un tal Galilei
y hay muchos más
esperando que pase el tiempo
para que su luz madure
y alguien la venga degustar
Oye tú
respeta mis fronteras
¿no has leído de Hiroshima?
no te esfuerces tanto
te daré mi versión;
Hay un ángel meando en mi cabeza
mientras me asegura que esta lloviendo
soy pobre
soy feo
estoy enfermo
y debo trabajar para comprar
la solución a estos tremendos males
¡Suéltame!
¡claro que no estoy equivocado!
este es mi camino
¡pues claro que no es el tuyo!
yo me hice el mío
con trocitos de intento
unos fallaron y fueron cimiento
para que los aciertos soportaran mi peso
No escribo para que me creas
solo el Pentateuco tuvo eso por meta
otros a esta palma se asieron
para escapar del pantano del incógnito
y elevarse a los edenes del recuerdo
¡Vamos cuartilla!
ábrete al desafío
de soportar el fuego de lo que escribo
¡Cantinero!
sirva otro trago
que hay palabras que se escapan
porque no he alcanzado
la idiotez necesaria
para sentirme poeta
y pretender enjaular la poesía
entre métricas y rimas