Enrique del Nilo

SOLO, LOCO E IRREVERENTE

Deja descansar la mano ¿poeta?

la pluma ha agotado su tinta;

la cuartilla vuela al norte

escapando de la tortura final

de encender habanos

 

Niño deja de llorar

tu madre volverá a la esquina…

para tu hambre saciar

 

Vecina

sírvame otra copa de ese coñac

tan añejado

que asegura haber reservado

para su seguridad previsional

 

Patria, entiende

que tú no alcanzaste para vestirte de norte y sur

tú no pariste a nadie,

apenas eres una lágrima renegada

en las noches heladas,

un recuerdo apócrifo

en una mesa de cantina

o desde la ventana cristalina

donde una alba cabellera

iza oraciones cual cometas,

besos salta muros

mientras lustra un burdo crucifijo de madera

 

dicen en las redes sociales

que la tierra sufre calentamiento global

a la luna le duele la cabeza

y ahora tiene una sombra menstrual

 

Deja de decir estupideces,

entiende no eres poeta,

solo eres un loco

hablándole a un cristal…

no, ese no es un teléfono…

espera guarda silencio

que eso señores de blanco

te oirán hablar

mientras nadie te presta atención

 

Si, sigue soñando

con mañanas promisorios

y deja de presentar resistencia

recuerda que la historia

es el acomodo de versiones y perspectivas

que menospreciando pasados

aspiran a mañanas de confirmación

 

No te preocupes de lo que opinen por hoy

pero ruega porque mañana

alguien necesite de tus ideas

para configurar una realidad

Aprende de Sócrates

que en su momento fue un proscrito

y ahora es lumbrera que guía a la humanidad

en la misma banca encontrarás a un tal Galilei

y hay muchos más

esperando que pase el tiempo

para que su luz madure

y alguien la venga degustar

 

Oye tú

respeta mis fronteras

¿no has leído de Hiroshima?

no te esfuerces tanto

te daré mi versión;

 

Hay un ángel meando en mi cabeza

mientras me asegura que esta lloviendo

soy pobre

soy feo

estoy enfermo

y debo trabajar para comprar

la solución a estos tremendos males

 

¡Suéltame!

¡claro que no estoy equivocado!

este es mi camino

¡pues claro que no es el tuyo!

yo me hice el mío

con trocitos de intento

unos fallaron y fueron cimiento

para que los aciertos soportaran mi peso

 

No escribo para que me creas

solo el Pentateuco tuvo eso por meta

otros a esta palma se asieron

para escapar del pantano del incógnito

y elevarse a los edenes del recuerdo

 

¡Vamos cuartilla!

ábrete al desafío

de soportar el fuego de lo que escribo

 

¡Cantinero!

sirva otro trago

que hay palabras que se escapan

porque no he alcanzado

la idiotez necesaria

para sentirme poeta

y pretender enjaular la poesía

entre métricas y rimas