Adoro esa perversidad
cuando al morderte los labios,
son besos tan necesarios
que los mueve la ansiedad.
Quisiera más que besarte,
robarte todo tu aliento,
que percibas lo que siento
con mi boca al desearte.
Regresar a un beso tuyo,
nunca consiguió otra boca
más, la tuya me provoca,
y a esa pasión lo atribuyo.
Al final nuestra ternura
es perversión en la cama,
es ese fuego la llama
de una ardiente pasión pura.
Arrebátame el suspiro
más profundo de mi alma,
allá donde todo es calma,
tómalo mientras respiro.
Classman