Freddy Kalvo

Sueños prohibidos

Nada tengo si no vienes

pues si vienes, todo tengo;

y al tenerte, me sostengo,

con tus vastos parabienes.

Y mi vida, la sostienes,

cuando cumples mis antojos

y supero mis enojos

porque miro las estrellas

admitiendo que, son bellas,

pero no como tus ojos.

 

Y esa luz que ellos reflejan

acrisolan, con su fuego

y a su brillo, yo me apego,

porque dulcemente dejan

(cuando con su luz festejan)

la hermosura de la vida

que la siento consentida

pues como la hiedra abrazan

y al mirarme, no rechazan,

este amor que en mí se anida.

 

Y al llegar la madrugada

te imagino con la aurora

como luna, seductora,

que penetra iluminada.

Dime tú, niña agraciada,

que seduces mis sentidos

y aceleras mis latidos

que tu amor me pertenece

y que junto al mío crece

con los sueños más prohibidos.