Fue la noche
en su coche.
Solo volaron
fantasías y alegrías.
Esa noche,
dulce monte,
donde las caricias
eran hormigas dormidas.
Ya no llores,
tiernas flores,
que de sus pétalos
salen solo manías.
Discrepancia
de colores,
pero caminando de las manos
uno se olvida.
Esa noche,
dulce monte,
que entibia el alma,
esconde las calizas.
Ya no llores,
tiernas flores,
que de sus pétalos
salen solo manías.
Discrepancia
de colores,
pero caminando de las manos
uno se olvida.