De tu ausencia y mi lamento
brotan dudas que me entierran.
Son de piedra, de cemento.
Sin mi casa, sin mi guerra,
en esta calma atesorada
con verdades que me aterran.
Me sigue la esencia de tu nada
a la paz de mi tormenta
destrozando mi sueño y tu almohada.
Los gusanos que alimentan
tus silencios prolongados
se establecen y se asientan.
Aquí yazco, olvidado.
En esta agonía dolorosa
que la duda ha causado.
En la tierra crece tu rosa,
al lado de mi lápida.
Con mariposas que se posan
sobre carne agusanada.
Escrito el 1 de Octubre de 2023