He renunciado a más de un placer
pude reconocer la sed de la piel
la mirada erótica
el atizarse de mis sentidos
He dicho no y no he cambiado
Mis debilidades encontraron otro canto
Y el tiempo me vio pasar con su muñeca en su quijada
Tantas debilidades llamadas tentaciones
Alguien vendrá un día a recoger los frutos
es mejor advertirle que podridos están
solo por el simple hecho del espacio que lo permite
no puedo vivir con libertad si no existen límites
Me desbordo y otra voz dice sublimación
todo concepto ha perdido su raíz
y la clepsidra omitió cambiar de orientación
el tiempo también se pudre
solo queda imaginarse árbol honestamente frondoso
No sé de dónde ostento tanta resignación
será que guardamos un soporte ante la pura miseria
quizá nacemos con esa insignia
una bandera universal para saber que es necesario también resistir
Hasta que dejen de sorprendernos los astros con su música
con la luz que nos enseña su sombra
Mientras habitamos nuestros templos