No te lamentes lo que hubo entre
los dos, de esos días de amantes;
tú gozaste yo también, entre mar,
arena, luna llena y madrugada.
Que vimos salir el sol, que nos fuimos
a otro lado en mi chatarra, en esa
casucha abandonada.
Que hubo mucha ternura y, empezamos otra
vez. Me susurraste en mi oído
que nunca iba a olvidar este
romance que estábamos disfrutando.
Hoy te lamentas, en cambio yo lo
llevo cada día en mi pecho, como
si fuera ayer, que vivimos ese
romance que disfrutamos con amor,
cariño ternura y pasión los dos.