Los acordes de la familia
y de la amistad
en la mar
son las olas que van y vienen
al son de los rayos del sol
y de los sonidos del viento
que soplan libres,
palpaldo el alma
y dándole brillo
en cayos e islotes,
a los mejores actos
del ser humano,
la fe, la cordialidad
y la alegría terrenal.
Entonces la fraternidad
se hace visible
y la gratitud brota
del corazón agradecido,
henchido de emoción
sempiterna e inolvidable.
Instantes sublimes,
maravillosos y bendecidos
por el amor y por Dios.