Te he visualizado
con el azul de mezclilla
del diario.
Con la camiseta gráfica
de dibujos animados.
Pero es distinto,
cuando te veo con tus pantalones caquis
y tu camisa tipo polo.
Es distinto, cuando sujetas el plumón azulado
con fragancia a frambuesa;
y las fórmulas se acomodan a tu modo.
Es distinto, cuando te observo con sigilo
y notó tu nerviosismo
aquel que se deja ver
cuando juegas con la tapa
de tu cuerpo de tinta.
Es distinto, porque decidiste ser distinto;
porque tu historia me la contó un viejo amigo
y ahora te siento más cercano
y quizás un poco más mío.
Es distinto cuando te miro con esos pantalones caquis
y me pregunto si tus abrazos
serán tan dulces
como el caqui del fruto de tu mente.
Por el día que me senté tras tuyo
y durante la prueba
no podía dejar de pensar
en cómo sería pasar mi mano por
el junglar de tu cabello.