Quizá sea pronto,
Para verterne,
Ávido, intrepido,
Y, sin ver su esfera.
Quizá soy tonto,
Porqué su imagen,
Muy en mi fondo,
Se hace lumbrera.
Quizá... Se me haga tarde,
Para verterle,
Un canto alindo,
Que abra cerceras.
Y mientras tanto, el pecho me arde,
Mi sombra canta,
A la ignominia,
De tu jardín, de fluorescencias.