De mi sangre, de mis huesos,
de mi cielo, de mi todo…
de cada molécula de lo que estoy hecho,
de cada célula en que me formo.
Es tu nombre el que digiero,
en cada llanto de mis dolores,
en cada risa de tus pulmones,
en cada abrazo que nos dimos.
Son tus sueños mis oraciones,
en cada noche en la que escribo.
Del amor que permanece
en mis entrañas, hijo mío.
En el valor apremiante
de cada logro que alcanzas,
en cada destello de tu mirada
que ilumina mis rincones.
Eres parte de mí,
de mis desvelos, mis esperanzas.
Eres faro en mis tormentas,
el salvador de mis prisiones.
Eres parte de mí, de mi carne,
de mis huesos, de mi sangre, de mi todo…