La gente y las sombras
Que viven en mi corazón despojado
Hicieron del amor una entelequia
Un sin fin de inventarme historias
Donde sentirme amado
Qué fue de la soledad
Que tomó mi mano
Y me hizo adolescente
Me adjetivó como un errante
Y me acompañó en cada renglón
De mi poesía funesta
Las olas del mar me abrazaron
Y su arrullo
Me recordó cuando de niño
Me comí la luna
Y nadie leyó mi primer poema
Mi alma es un barco
Que navega de noche
Un silencio sin luz
Y un reclamo cuando yerra.