Y LA POESÍA LO PUDO…
Aquellas manos vacías
que me acercó un día
con mi amor las llené de vida
y mi poesía se volvió su compañía.
Sus manos estaban perdidas
sin el refugio de mis caricias
su presencia encendió una hoguera
porque fue habitante de mis letras.
Y aquellos pasos sin rumbo
con un cielo algo confuso
hoy caminan por senderos seguros
desde que mi amor es suyo.
Poemas de Pepita Fernández
Córdoba-Argentina
18/09/24