Muerdo frágiles esperanzas,
lacerantes espacios despojados,
noches cargadas de estancias,
deseos de sueños frustrados.
Así me voy y me llevas “tierna”
tú, que te crees musa altiva,
yo, que me creo nueva tierra,
tú, que te sientes cautiva.
Sin reservas te duermo
entre mis brazos,
sin tu luna que te arropa,
eres mía, jamás Selena.
No hay límites en este amor,
no hay rosas sin espinas,
o pasos vacíos sin pasión,
aristas que oculten esquinas.
Eres fortaleza y eres ruina,
ruina donde mi fe se alza,
donde mi alma no alcanza
a encontrar la cima.
Tú enarbolas mi reinado
donde reinas y mandas,
tu reloj marca el sino,
el sino artero de mi destino.
Andrés Romo
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