Una danza tímida mientras el águila incauta
posa sobre el tejado embarnizado.
Posición altiva ante lo impredecible,
se imprime el tiempo limitado en la penumbra,
retorcidas las garras de una emoción fundida
en aquella luz frívola sin cobija para soportar
el río quemante.
Quedan en el túmulo grabadas
las identidades desconocidas,
decisiones incorrectas y el sosiego interrumpido;
se podría proferir que el rastro se percibe en el aire,
al ver la conciencia de otros sin transferir palabras.
Consulta el letrista que se siente ínfimo
sí es cruel la realidad cuando no hay salida,
o simplemente es una ácida metáfora inentendible
cuando toma impulso siguiendo el trayecto al cenit.