Mis esfuerzos son como hojas al viento,
buscando tu orgullo, tu abrazo sincero.
Pero tú, como un árbol inmutable,
no cedes ante mis lágrimas.
Quizás soy un verso en tu historia,
una rima que no encaja en tu melodía.
Pero aquí sigo, bajo este árbol,
buscando aceptación en mis raíces.
Madre, sé que no soy perfecto,
pero mi corazón late con pasión.
Aunque tus palabras sean hojas secas,
yo sigo creciendo, buscando mi sol.
Así que aquí estoy, bajo este árbol,
donde el viento susurra secretos.
Quizás algún día, madre querida,
tus ramas me abracen con amor sincero.