Pensaba en ti mientras el cielo se vestía
de un manto de oro y púrpura,
y a través de la ventanilla, los colores hablaban,
susurrando anhelos en el aire que respiras.
Hoy, aunque el amor haya tomado nuevas formas,
sigue siendo una búsqueda sincera,
un lazo que se forja en la bruma del instante,
deseo que cada palabra te envuelva y acaricie el alma.
Anhelo caminar a tu lado, descubrir el mundo,
sin dudas que nos frenen, solo la certeza de tu compañía,
ser la sombra que te sigue en la penumbra,
tu reflejo en las aguas que acarician la orilla.
Escuchar el latido de tu corazón,
sentir tu cercanía en cada susurro,
convertir cada momento en un tesoro
tan brillante como las estrellas que adornan la noche.
Que las olas del mar nos guíen en este viaje,
tomemos juntos el timón de nuestras vidas, sin miedo.
En la sinfonía de lo eterno, suspiraremos entrelazados,
recordando cada instante compartido,
porque en la simpleza hallaremos la esencia pura
del amor, el alma, y este vasto universo que habitamos.