El calor me despertó
y el sudor que sentía
correr por mi espalda,
hizo que me inquietara
en la madrugada.
El silencio de la noche
atrapó mis sentidos,
en la oscuridad algo me ahogaba,
sentí unas ansias desmedidas
de salir a caminar.
Todo era quietud y quebranto,
esa calma me angustiaba,
no podía olvidar
que te amé tanto
y me dolía saber
que solo era en ti un recuerdo.
El brillo de la luna
iluminó mis pasos
hasta la orilla del mar,
mis pies parecían tener alas,
una necesidad imperiosa
sentía por llegar hasta ahí.
No sé cuanto caminé
ni que tiempo pasó,
el sonido de las olas
me llamaba,
en mi mente ese rumor
tiempo atrás
me había hecho tan feliz.
Recordé todas las veces
que nos abrazamos ahí,
como reíamos juntos
y como nos entregamos
el alma cada vez
que nos besábamos.
Que grande fue nuestro amor,
aún siento como late
mi corazón al recordarte
y como me duele saber
que ya no estás junto a mi.
Siempre serás mi gran amor,
único e insustituible.
El mar tocó mis pies
y tuve la sensación
de que pensabas en mi.
Como me gustaría saber
que aún me recuerdas
y mejor aún que todavía
me amas,
pero tus pasos te llevaron
a otro mar
y tu corazón está borrando
tu amor por mi.
Nunca volveré a amar
ni intentaré olvidarte,
has sido el amor de mi vida
y será difícil reemplazarte.
Sé que tú si podrás..
la vida continua...
en mi se quedó detenida
hasta ese momento
que fué la última vez
cuando dijiste que me amabas.
Desde entonces busco tu mirada,
busco tus manos,
porque yo aún te amo
y siempre esperaré por ti.
YOLANDA BARRY