Bajo refrescantes ramas,
de este árbol de Acacia.
Oh, sombra, me das tu gracia,
mientras espero a mi dama.
*
Sus ramas como abanicos,
refrescan mis pensamientos,
de amarla, no me arrepiento,
menos de sus labios ricos.
*
A los lejos ella viene,
con paso firme; elegante,
su mano el anillo tiene
*
con el sol se hace brillante,
alegría, ella contiene,
¡que mujer, tan fascinante!
*
Dr. Salvador Santoyo Sánchez
11/06/2022