JAGC

DESDE MI HABITACIÓN NO OIGO LA GUERRA

 Desde mi habitación no oigo la guerra,

ni los aullidos macilentos de los heridos,

ni los estertores infinitos entre los moribundos;

tampoco las descargas miserables de las bombas...

... no, no los oigo, pero los siento en mi soledad

cuando me intento refugiar en el sueño

y el sueño tampoco puede dormir abatido

por una bala perdida disparada por mi conciencia.

 

JOSE ANTONIO GARCIA CALVO