Freddy Kalvo

Al centinela

Estaba aquel centinela

montado en el garitón

creyendo que era una estrella

y espiando como un mirón.

 

Con una vieja ballesta

y ciego su corazón

mostraba que el alma en pena

mordía sin compasión.

 

Centinela, ya no sufras,

vigilando a los demás

que el disparo de bazuca

 

es más fuerte por detrás;

y si no lo entiendes nunca,

del disparo morirás.