Bajo un lienzo de estrellas es que llega una nueva noche, la oscuridad me susurra profundamente tu nombre y se que muy pronto escapare al mundo donde las sombras se fusionan, un mundo en donde eternamente estoy en tus brazos, bailando, riendo y llorando, el único lugar donde somos libres de todo prejuicio, atadura, distancia, silencio y dolor, un lugar donde nuestras almas convergen y se convierten en una sola.
La realidad se desvanece, mi mente despeja la pista y a toda velocidad despega con destino a los sueños, aterrizó en la tierra prometida y ahí me encuentro con tu belleza espectral, aun más hermosa de lo que mi mente te recuerda durante el día cuando pienso en ti, nos tocamos, nos besamos, vuelan chispas en nuestros corazones, me siento tan bien y tan vivo, el tiempo se detiene en tu piel, te recitó el poema del día y entre líneas poéticas te hago mujer, sientes el ritmo lento con el que hacemos el amor y el fuego qué nace en tu vientre comienza a quemar todo tu interior hasta el delirio, me robo tu corazón, tus labios y tus ojos. Eres mía.
¿Es real? ¿Es verdad? ¿Despierto o dormido? Estoy muy confundido, siento la húmedad de tu piel en mi piel, encuentro las huellas de tu cuerpo en el colchón y el rastro de tu olor en las sábanas, ¿Donde estas? Estiro mi mano para tocarte pero no te encuentro, te desvaneces y entonces caigo en la realidad que el amanecer te ha robado de mis ojos pero en mi corazón nuestro amor nunca muere, sigues entrelazada en mis pensamientos.
Somos lo que escribimos en nuestros sueños, somos almas unidas en la eternidad, somos un mismo pensamiento, un solo corazón, un solo amor. Te fuiste otra vez pero dejaste un toque de sentimiento, una señal en la realidad prueba de que en los sueños estamos destinados a ser.