Algunas noches, cuando el insomnio se extiende, deseo tenerte cerca para disfrutarte un rato, aunque sea un poco. Anhelo volver a tomar tus manos e invitarlas a trazar caminos por mi piel mientras la descifran. Quiero disfrutarte en silencio porque así lo mereces, mirarte fijamente a los ojos para decirte cuánto te quiero y detallar tu rostro para no olvidarlo. Deseo treparme en ti como una vez lo hice, poner una mano en tu pecho y sentir sus latidos, acercarme a tu boca y sentir tu aliento. Quiero besarte sutil y delicadamente para no alterarte, quiero tantas cosas, todas tachadas como inaccesibles por mi mente, pero ninguna sin ti.