No se irá para siempre,
las hormigas en el plato,
cree que será feliz
y que seré un viejo recuerdo.
El invierno en las ventanas,
ahí está, como si nada,
ríe a carcajadas,
la seguiré mirando
hasta destruir su aliento,
nadie escapa de mis manos,
ni siquiera ella,
la seguiré mirando.
De qué se ríen,
ah, de mi locura,
sí, se ríen de mí,
hoy será el último día,
llegará el infierno,
la seguiré mirando,
no escapará de mí.
Mis manos de mármol,
siglos de espera,
las mismas plazas,
mis huesos bajo mis pies,
la nieve blanca,
la maldición eterna.
Vendrán por mí,
los de las batas blancas.