Gustavo Echegaray

VIDA

Hoy la vida es como ayer,

como siempre.

Tal vez el roce del viento

se sienta distinto en la piel.

Tal vez las horas sean sombras

que se disuelven en la tarde.

Pero la vida es brisa

que envuelve la quietud.

 

Tal vez creemos

que los días se marchan,

que el horizonte devora

lo que nos queda de historia.

Pero estamos equivocados.

La vida sigue su curso

como una fogata que arde

en el gesto que olvidamos,

en cada brizna de polvo

que flota bajo la luz de la tarde.

 

Hoy la vida es como ayer,

como siempre.

Porque el ser no es fragmento

ni cristal que se quiebra.

Es el maná que se ingiere

sin preguntar su origen,

el soplo de Dios que persiste

más allá del todo.