Soy un fantasma de mi mismo, la sombra que busca su cuerpo. Un grito herido que no tiene boca y un latido enorme y sin pecho.
He dejado atrás mi ser y mi mundo, la tierra que asistió a mis juegos. Las calles que me vieron crecer y las esquinas mojadas en silencio.
La vida está tan llena de muerte, los estadios fueron un infierno. Avenidas pintadas de sangre viva y un puñal abriendo los cuellos.
Soy un fantasma ya sin destino, que no sabe donde morir sereno. Para volver a la vida de entonces, cuando el sueño fue leño de féretro.