Alas de cinismo y otras caídas.
Con alas de cinismo pretendía,
volar sin ser notada en su destierro,
más el disfraz se rompe por entero,
y en su caída, su verdad ardía.
Del mármol agrietado descendía,
la que su ingenio esgrime cual vil hierro,
y en su marcha, soltó aquel desespero,
del engaño que al final desmentía.
¡Que se vaya y no vuelva, la buscona!
si es que la bruma oculta su presencia,
que el truco se deshace por mezquino.
Soy la que soy, mi verbo es la corona,
y no hay mayor ofensa en esta ciencia,
que caer sin más causa que el destino.
La Bruja Irreverente.