jvnavarro

DIARIO DE VERANO LXXIX (IRREVERENTES EN UN VIERNES CON LLUVIA)

 Y es que no se puede
estar toda la vida 
hablando del amor
 o de la ternura,
o del cariño o del querer,
o de las miserias de la vida,
sin poner un poco de cosecha propia,
aunque solo sea la saliva 
con la que se moja la pluma,
me refiero a la IA.
 
Y es que pasa 
que hay que entender
 la poesía
como la acción de escribir
y para ello hace falta 
emotividad activa,
no se puede estar deshojando 
siempre 
la misma margarita,
pues cuando la dejemos 
de pétalos desnuda,
echaremos a faltar, 
aquello de me quería 
o no me quería.
 
Es fácil escribir,
yo diría que una plácida rutina
y si lo que se busca es algo más, 
ahí están los libros de toda la vida
y los compañeros con ganas y oficio
de este portal
que en todo ayudan.
 
No es obligación escribir
por castigo todos los días,
ni cara a la pared
ni cara a una Gran Vía.
 
Estamos en un portal
que a veces parece una criba
en lo que todo se pasa,
como un río en su crecida,
y otras veces 
a la menor duda, 
salta la liebre y se abren
verdaderas disputas.
 
Entre lo que se lee
y se adivina,
entre lo que se pesa 
y lo que se cocina,
tenemos irreverencias aseguradas
para una larga temporadita.
 
Y mientras tanto la IA 
ocupa
el alma de los poetas
y se convierte en un OKUPA
que entra en nuestras casas,
para decir que la poesía
 es cosa también suya.