Como si estuviese ante un espejo,
que refleja a mi ser sin filtros,
es así el papel, que tan intacto e insignificante,
eternifica a la fuerza del alma,
que a través de las palabras,
“el lenguaje eterno”,
testifica desde la inmortalidad, la eternidad.
¿hacia dónde te dirigís tan ofuscado corazón mío?
desde muchas generaciones atrás,
me has resultado duro de cargar,
galopás al compás de donde tu instinto te atrae,
sumiso y dominante,
auténtico amante de lo que intensamente nace,
pero también de lo que se deshace.
!Invocar, convocar, evocar,
clamar, rogar, interpelar,
llamar, solicitar!
(a quien sea que se busque),
es la línea de tiempo humana,
unísona y universal.
“Cuando débil soy, fuerte soy”
inmutable e indisoluble es mi origen,
maternal y matriarcal,
¿quién sería sin mi madre?
vulnerada, vilipendiada y ultra desgastada,
sos mi esencia, mi explicación a lo inexplicable.